Conocido como 'El Templo de Riamsese-Meryamun', fue construido por Ramsés II e iniciado posiblemente a principios de su reinado. El templo se encontraba totalmente recubierto por la arena hasta el año 1813 cuando J.L. Burckhardt encontró el busto de uno de los colosos.
En 1815 Belzoni, después de quitar gran cantidad de arena, descubrió la puerta de acceso. Entre 1964 y 1968 fue desmontado y trasladado de su emplazamiento original, unos 210 metros más allá del río y 65 metros más arriba, como consecuencia de las obras realizadas en la construcción de la gran presa de Asuán.
El templo se abre con un pórtico que conduce a un atrio y una terraza, donde se encuentra la impresionante fachada, excavada en la roca, de 35 metros de anchura por 30 metros de altura, en la que están los 4 famosos colosos sedentes de Ramsés II de unos 22 metros de altura. Estos colosos están acompañados de pequeñas figuras, colocadas entre las piernas, que representan a sus parientes.
Se construyó aprovechando las cavidades existentes, ahora dedicadas a divinidades locales, y agrandando la planta para adaptarla a las nuevas necesidades. Sólo aparecen citas de Ramsés II, salvo un escrito de Siptah, alabando a los dioses, que se encuentra en la pared norte de la entrada. La construcción fue planificada de manera que 2 veces al año, cuando el sol salía por el horizonte, sus rayos penetraban por la puerta y tras proyectarse en la gran sala de ocho columnas, la segunda, el vestíbulo y el santuario incidían en las 4 estatuas del nicho de la parte posterior que se iluminaban por completo